Recuerdo cuando era niño y mi papá me llevaba a visitar a un muy querido amigo suyo a una imprenta y en dicho lugar tenían colgado en la pared un cartel que tenía escrita en grande la palabra ROJO. Las letras de ese diseño, que juntas sabemos que forman un color, se representaban con unas tijeras, una cinta y otros elementos que no alcanzaba a identificar bien, fueron mi primer acercamiento al mundo editorial. Muchos años después, cuando estaba por terminar la licenciatura, tuve el gusto de conocer al autor de aquella imagen que se había guardado en mi memoria, mi querido amigo Germán Montalvo. En aquel tiempo también tuve el gran gusto y honor de conocer al maestro Vicente Rojo gracias a que su hija, Alba Rojo Cama (Q.E.P.D.), me compró una pintura en mi primera exposición. Así comenzó nuestra modesta amistad.
En el año 2011, la propia Alba Rojo Cama, Vicente Rojo Cama y Rafael López Castro, organizaron un homenaje colectivo al maestro por sus 80 años, que se llevó a cabo en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la Ciudad de México. Para cumplir con la amable invitación a participar en dicho evento, diseñé un cartel que a continuación muestro, en el patio del departamento en el que viví en la ciudad de Oaxaca, ayudado de unas serpentinas, una cartulina y un lápiz. El cartel, que tiene como referencia a la conocida serie México bajo la lluvia, al parecer fue del agrado del maestro porque me envió dos serigrafías de su autoría en agradecimiento, así de generoso era él. Una muestra del gran trabajo de Vicente, de su profesionalismo y su influencia en distintas generaciones se puede atestiguar en la gran cantidad de personas que participaron con mucho cariño en dicho homenaje. Su pareja, Bárbara Jacobs, escribió en la publicación que acompañó a la celebración: “He recibido muchas lecciones de Vicente Rojo. Por ejemplo, no pide nunca nada, se divierte con lo que hace, no compite con nadie y me parece que asimila cada experiencia con un ánimo tan realista, que está siempre abierto y preparado para la siguiente”. Gracias, maestro Vicente Rojo por tus enseñanzas y tu legado, por haber venido de ultramar para convertirte en un gran referente de toda una época en la vida cultural de nuestro país (que también fue tuyo).
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