Jorge Garnica, Eduardo Picazo, Santiago Robles, Santiago Solís y La Literatura en el Cine.
Sala Polivalente del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales. Inauguración: octubre 23, 17 h.
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Los Veintegenarios
Sin ser puristas y sin tomar en cuenta los registros históricos que existen en México en donde se unen escritura e imagen (códices, filatelias, José Guadalupe Posada, estridentistas, Taller de Gráfica Popular, etc.), reconocemos tres acontecimientos que dieron inicio al diseño gráfico contemporáneo en México: por el lado cultural, Vicente Rojo, discípulo de Miguel Prieto, quien da un rostro de modernidad, poesía y rigor a las publicaciones culturales de México; La imagen de los juegos olímpicos, que da inicio a la imagen institucional programática y de entorno urbano; y la gráfica de el movimiento estudiantil mexicano de 1968, en la que se enlazan las distintas tradiciones de la gráfica política y de reivindicación social en México.
Rafael López Castro es a mi juicio el primer cartelista mexicano contemporáneo. Discípulo de Vicente Rojo y participante activo de los movimientos estudiantiles del 68, admirador del cartelismo cubano y polaco, crea esas ventanas de contenidos que son los carteles para eventos culturales, sociales y políticos de toda índole. Diseñador de recursos casi inagotables y registros distintos, se involucra con los contenidos de lo que va diseñando. Concibe al diseñador como el chamán de una tribu prehistórica que dibuja en las cuevas para que a todos les vaya bien. Aprovecha en sus carteles el sentido del humor y lo mexicano como tema (involucrando artesanía, religión católica, arte prehispánico y su memoria personal). Al mismo tiempo, Germán Montalvo desarrolla en sus carteles una estética personal, con influencia del pop en un principio, hasta llegar a una síntesis llena de lirismo y poesía, no exenta de sentido del humor e ironía, cercana también al arte prehispánico de las culturas de Occidente. Germán, también discípulo de Rojo, se convierte en una influencia notable en el panorama del cartel cultural en México, influencia que se nota no solamente en las imágenes, sino en la tipografía (de gran precisión y elegancia), en la importancia de los espacios compositivos (el blanco del papel como elemento activo). Germán, además se convierte en el primer cartelista mexicano reconocido internacionalmente, y además generoso promotor del trabajo de sus colegas en otros países y en México.
La imprenta Madero, bajo la batuta de Vicente Rojo resultó ser el semillero de varios diseñadores que destacan y siguen destacando en México, no sólo en soportes como el cartel, sino en imágenes institucionales, libros, revistas, etc.
La Bienal Internacional del Cartel en México abre una puerta a los diseñadores mexicanos para descubrir el trabajo que se hace en otros países, información difícil de encontrar en esos momentos. La Bienal también origina encuentros entre colegas de varios países. En el caso específico de Cuba, Ñiko y René Azcuy desde las universidades desarrollarían y siguen teniendo una influencia en varias generaciones de diseñadores mexicanos. Xavier Bermúdez, director de la Bienal, promueve también los carteles mexicanos en otros países.
Poco a poco comienzan a verse mas carteles de jóvenes diseñadores mexicanos en dicha bienal y, lo más importante, de diversas partes del país: principalmente de San Luis Potosí, Aguascalientes, Puebla y Xalapa.
También se origina otro fenómeno: el diseño de carteles hechos ex profeso para las exposiciones, como método de promoción del trabajo de diseñadores entre los propios diseñadores, a lo que Roman Cieslewickz auguraría el principio del fin del objetivo esencial de los carteles. Las bienales internacionales hacen también posible que el trabajo de jóvenes diseñadores mexicanos sea conocido en otros países, al fin punto de encuentro de diversas memorias.
Durante este periodo, se da un boom en las publicaciones de diseño y aparecen varias revistas al respecto: DeDiseño, México en el diseño, a! diseño, DX y la que probablemente tuvo mas relevancia como aglutinante de una generación: la revista Matiz, que origina debates interesantes en torno a la estética, la legibilidad, la tipografía, el diseñador-autor, la tecnología, etc.
También se forman colectivos de diseñadores, en los que se experimenta y se discute el cartel como medio de expresión y comunicación. Dichos colectivos originarían el conocimiento entre la propia generación y, en algunos casos, como enlace con los diseñadores de más edad y experiencia en el oficio. Podríamos decir que esta segunda etapa corresponde a diseñadores que actualmente tienen entre 35 y 45 años.
Bueno, queridas lectoras y lectores, que pacientes han leído todo este rollazo, y que considero importante para poder ubicar lo que en realidad es lo que nos trae aquí, la presentación del trabajo de Santiago Robles, Jorge Garnica, Santiago Solís y Eduardo Picazo. Ellos pertenecerían, según la necia acotación que he anotado, a la cuarta generación de cartelistas mexicanos. Los veintegenarios.
Pienso que el diseño en nuestro país en realidad está compuesto por una serie de eslabones. Cada generación le debe a la anterior. En realidad no puedo ser muy objetivo, pero trataré; al único que no conozco personalmente es a Eduardo Picazo. Tanto a los tocayitos como al joven Garnica los he conocido en distintas etapas de su desarrollo: como estudiantes, como profesionales y después como colaboradores. Para escribir el texto, Santiago Robles me ha recomendado: La idea, como te comenté, es hacer una muestra del trabajo de diseñadores jóvenes que sirva de diálogo en el congreso para conocer otras formas de trabajo y de pensar sobre el diseño. Es decir, es una oportunidad que considero importante para mostrarnos y como consecuencia conseguir que otros diseñadores, estudiantes y público de otros países entablen un diálogo con nosotros. A la obra que te mando le faltan 4 carteles inéditos que está diseñando cada quien bajo el tema de la relación que existe entre los pueblos mexicano y cubano (desde el punto de vista cultural, ideológico, social, etc.), pero por lo pronto considero que con esta cantidad mayoritaria se puede apreciar la idea general del proyecto.
Jorge Garnica
Sabe que la vida es sencilla pero gusta de lo complicado. Esta contrariedad lo hace observar todo con diferentes perspectivas, lo pequeño como grande, lo inadvertido como importante. Hay también necedad por la expresión, de las ideas que aquello le producen.
A fuerza de ver, se ha educado el ojo. Aprende, apropia y asimila las visiones de los demás. Sabe que la realidad está compuesta por las diferentes versiones de cada individuo, que no hay una verdad absoluta, sino una construcción colectiva.
Estas influencias lo hacen diverso en su producción, dando un criterio propio en cada una de sus imágenes. Busca ecos, respuestas de sus semejantes. Busca su reflejo, para saber que él también existe.
Eduardo Picazo
Sin conocerlo personalmente, es curioso el hecho de la coincidencia. De aquella que hace que la gente converja y se desencuentre en los mismos caminos. Lo encontré en el cartel, lo encontré también en mis amigos. Sus imágenes responden a sus curiosidades. Carteles reflexivos ante algunas de las cuestiones que le incomodan o le parecieran de cierta manera ignoradas, abogado de causas que parecieran indiferentes a la mayoría de los demás. Sintetiza, estiliza. Prepara las ideas para su mejor digestión.
Santiago Robles
La juventud de Santiago significa curiosidad, ímpetu, tenacidad y pasión por las cosas que hace. Pone especial entusiasmo en sus carteles y sus ilustraciones, que auguran una futura madurez y una plena conciencia y dominio del lenguaje gráfico.
Su trabajo, visiblemente pictórico, nos demuestra su preocupación por la expresión inmediata, pero premeditada, de las ideas que llenan su cabeza y su corazón. Dibujos que reflejan su forma de ser, vital, desenfadada.
Santiago Solís
Calla y pareciera que otorga. Al contrario, más bien Santiago es introspectivo y reflexivo, piensa, habla y actúa cuando lo tiene que hacer y su respuesta siempre es la más sensata. Vino de Durango. Su carácter refleja cierta dureza, empeño y obstinación porque las cosas se hagan bien. Se exige mucho, diseña mucho, con rigor en el ritmo de su producción.
Santiago coloca cada elemento en el lugar preciso, el lugar natural de las cosas. Y a esta precisión, él suma la calidez de lo que se produce de manera elemental por las manos humanas. Porque él se sabe humano, se muestra humano.
La Literatura en el Cine
Este conjunto de imágenes, producidas bajo la dirección de René Azcuy, nos muestran bien lo que mencioné anteriormente, acerca de la participación de diversos personajes en la formación de generaciones de diseñadores mexicanos.
La muestra que aquí se presenta, nos advierte. La buena dirección, la orientación en el camino correcto. René ha sabido motivar y provocar a sus alumnos, logrando un buen trabajo en conjunto.
Palabras finales
De cuarta generación. Los veintegenarios. Sondean para encontrar la respuesta a sus dudas, con sus mejores preguntas, a veces bien formuladas, otras no tan afortunadas. Sin embargo, ésta es la mejor prueba de su juventud y futura madurez, la que se logra encontrar solamente cuando ya se está encaminado. Enhorabuena, bienvenidos.
Alejandro Magallanes
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Jorge Garnica
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Eduardo Picazo
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Santiago Robles
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Santiago Solís
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La Literatura en el Cine
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Exposición
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Catálogo
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Texto de presentación: Alejandro Magallanes | Diseño del logotipo: Eduardo Picazo | Coordinación del proyecto: Santiago Robles.
La Literatura en el Cine es un proyecto colaborativo coordinado por René Azcuy.
Agradecimientos:
René Azcuy, Alejandro Magallanes, Beatriz Almaguer, Héctor Villaverde, Grethel Pumareda, Astrid Velasco, Eduardo Picazo, Héctor González, Carlos Angoa, Josselin Hernández, Juan Xolocotzi, Brenda Rodríguez, Jorge Garnica, Daniel Arenas, Benjamín Morales, Mayr Sánchez y Anne-Charlotte De Lavergne.