¡YA NOS CAYÓ EL CHAHUIXTLE!
CRISTINA BARROS
La selección de obras que ha elegido Santiago Robles para esta exposición es resultado de una larga reflexión sobre algunos de los temas que más le inquietan. Tiene que ver, sobre todo, con la manera en que los mexicanos podemos resolver las fuertes tensiones que existen entre el mundo globalizado y la necesaria permanencia de nuestros valores y tradiciones.
Otro importante choque se da entre un mundo que privilegia el valor del dinero, representado en varias obras de Robles por los logotipos de las empresas transnacionales, y en contraparte, los símbolos propios de las antiguas culturas de México que tienen una visión del mundo muy distinta de la occidental.
Santiago Robles logra con su obra provocar la reflexión en torno a estas temáticas por diferentes caminos. En este caso ha elegido al maíz como símbolo emblemático. Y vaya que lo es.
Esta planta domesticada por nuestros antepasados hace al menos ocho mil años a partir de un pasto llamado teocintle, implicó un trabajo de selección sistemática que asombra a los biólogos contemporáneos. No sólo lograron a lo largo de ese proceso que la planta tuviera las cualidades que buscaban, sino que la domesticación también implicó maíces adaptados a los más distintos ecosistemas y con diferentes usos en la alimentación, desde las palomitas, hasta los pozoles, pasando por nuestras tortillas. Podemos decir que no hay planta que ofrezca tantas ventajas. Por sus cualidades y su capacidad para alimentarnos, el maíz ha sido considerado más que un alimento, un ente sagrado, y como tal, es honrado aún por buena parte de los pueblos originarios.
En contraparte, no sorprende que desde la visión occidental, el maíz se convirtiera en fuente de ganancias, despojado totalmente de sus valores culturales. Lo que han buscado las empresas no es mantener esta infinita variedad de semillas con múltiples posibilidades de adaptación, sino semillas homogéneas adecuadas para los procesos de una agricultura mecanizada. Así surgieron los maíces híbridos que podían ser patentados bajo una marca comercial, a diferencia de las semillas nativas que han sido intercambiadas de manera libre por los campesinos y campesinas. Este afán de lucro ha llegado hasta nuestras tortillas de consumo diario que hoy están elaboradas en muchas ocasiones con harinas industriales que contienen aditivos químicos perjudiciales para nuestra salud.
Hoy como nunca, poderosas empresas buscan privatizar las semillas del mundo para tener control total sobre la alimentación. Un camino perverso que las ha llevado a generar semillas en laboratorio que tengan en sí mismas marcadores que las identifiquen para que sólo determinadas compañías puedan comercializarlas, como es el caso de las semillas transgénicas.
Dos visiones del mundo se encuentran en oposición en la manera de ver al maíz, tal como lo vio tempranamente el pensador Guillermo Bonfil Batalla.
Hoy que el maíz y en general nuestras raíces se encuentran tan seriamente amenazadas, se unen las voces de hombres y mujeres de distintas generaciones y desde diferentes ámbitos, para tender puentes con las comunidades campesinas y defender lo que es nuestro. Un ejemplo son las semillas de maíz que Robles utiliza en obras como All ways y Kueskomatepek, formadas por miles de semillas criollas provenientes de un proyecto impulsado por una familia de Amatlan de Quetzalcoatl, Morelos, que comparte la convicción de que hemos de proteger al maíz, planta sagrada y herencia milenaria, si bien algunas semillas incluidas en estas obras también son híbridas para evidenciar el conflicto entre dos visiones ideológicas antes mencionado.
Santiago Robles, como lo han hecho diversos artistas visuales en los últimos tiempos, une su voz para conjugar una triada esencial desde su punto de vista: arte, medio ambiente y sociedad, para desde ahí denunciar, construir caminos nuevos y nuevas narrativas. Bienvenida esta iniciativa surgida desde una forma de entender el arte que lo vincula con una activa participación social en defensa de nuestras tradiciones culturales más profundas.
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Museo
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Inauguración
El pasado miércoles 14 de septiembre de 2022 a las 18 horas y en conmemoración del Día Nacional del Maíz, inauguramos la muestra ¡Ya nos cayó el chahuixtle! en el Museo Nacional de la Revolución de la Ciudad de México. En dicha ceremonia, además de Alejandra Utrilla, responsable del recinto y Liliana Nava, encargada de proyectos especiales y curaduría, contamos con la presencia de la divulgadora y activista Cristina Barros, de la Secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Claudia Curiel y del Director General de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Ciudad de México, Javier Martínez. Muchas gracias a todas y todos por sus palabras y su acompañamiento en esta fecha tan significativa.
En sus palabras inaugurales, Javier Martínez comentó:
Así pues, en este conjunto de piezas está presente nuestro rico acervo de mitos, las prácticas tradicionales de cultivo, los saberes de la cocina de nuestras distintas regiones y todo ello aunado y, en gran medida, afectado en medio del actual panorama de una dinámica económica mundial que desde lo macro repercute en la dimensión humana y local, así como los casos y las luchas que constituyen ya un imperativo para la toma de conciencia.
En una nota del periódico Reforma se puede leer:
Además de un sentido estético, la muestra busca abrir el diálogo e invitar a la reflexión sobre el consumo del maíz transgénico y sus consecuencias para la salud y la economía de los productores. “¿De qué maneras confluyen las tradiciones y las prácticas industriales globales?“, se pregunta el artista.
En el medio Periodistas Unidos se relata:
[El artista] expresó que “el maíz es nuestro sustento cultural y cosmogónico”, y aunque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha posicionado contra los intentos de privatización de los granos, es un tema en el que toda la sociedad se debe involucrar para su defensa.
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Publicación
Como acompañamiento editorial a la muestra se publicó un catálogo impreso por la Sociedad Anónima de Reproducción Autogestiva, SARA, que cuenta con el prólogo de la exposición, el registro y los datos técnicos de las obras, así como relatos y testimonios relacionados con la cultura del maíz, provenientes de distintos pueblos originarios de México. 36 páginas, risografía a dos tintas, 20 x 27.7 cm, 2022.
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Pláticas y talleres
La muestra estará abierta al público hasta el 23 de octubre de 2022 y los sábados se contará con pláticas y talleres gratuitos a cargo de la Dra. Teresa Rojas (Ciesas), la Dra. Alma Pyñeiro (UNAM) y el Colectivo Amasijo, entre otras.
Sábado 8 de octubre, 12 horas
Los riesgos del maíz transgénico a cargo de la Dra. Alma Piñeyro (UAM-Xochimilco). Sus áreas de especialidad son la genética molecular del desarrollo de las plantas, la evolución del desarrollo, así como la bioseguridad y biomonitoreo de organismos genéticamente modificados en México. Entrada libre, ¡les esperamos!
Sábado 15 de octubre, 12 horas
La Dra. Teresa Rojas Rabiela (Ciesas) impartirá de forma gratuita la conferencia El maíz y sus compañeros en el México antiguo.
Rojas es especialista en etnohistoria de la agricultura y de las obras hidráulicas en Mesoamérica durante el periodo prehispánico tardío y colonial temprano, así como en las representaciones visuales de indígenas y campesinos mexicanos, particularmente en fotografías históricas anteriores a 1950.
Entrada libre, ¡les esperamos!
Sábado 22 de octubre, 12 horas
Alicia García Rosales y Alicia Ivette Maguellar del Mercado Alternativo, impartirán de forma gratuita el Taller de Nixtamalización.
Alicia García y Alicia Ivette son agricultoras de la zona del Ajusco en la alcaldía de Tlalpan y venden sus productos en el Mercado Alternativo. Esta iniciativa ofrece un espacio de convivencia en donde les productores pueden comercializar sin necesidad de acudir con intermediarios que retienen la mayor parte de las ganancias e imponen esquemas de pago y calidad poco transparentes y equitativos. Entrada libre, ¡les esperamos!
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Notas de prensa
Entrevista en el programa Luces de la ciudad, transmitido el lunes 11 de septiembre a través de radiodifusoras de la Ciudad de México:
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Gracias a Alejandra Utrilla, Norberto Herrera, Liliana Nava (¡abrazo!), Silvestre Sánchez y a todo el equipo del Museo Nacional de la Revolución por sus atenciones y por recibir a este proyecto. A Cristina Barros, quien fuera directora del colegio donde estudié, por su maravilloso texto y por todo su solidario acompañamiento. A la doctora Teresa Rojas por compartirnos parte de su gran conocimiento sobre las chinampas. A Juan Toltecameh, Kena y todas las personas que han hecho posible el proyecto Centeotl. A Fernando Gálvez, Genoveva de la Peña, Ramón Carrillo, Ethel Ramos, Yadira Cedillo, Carolina Calzada y Ximena Leyva (¡campeona máxima!) por ayudarme a recrear la Montaña sagrada. A Elisa Ramírez por recopilar con cariño mitos y relatos en su libro tan inspirador. A Norma Rajz, Jessica Serrano y todo el equipo del Banco de México por invitarme a realizar el códice (¡Y a Ximena Leyva otra vez!). A Marilia Castillejos, Tony Pliego, Gabriela Latapí, La Sublime Mx, Montserrat Sotelo, Héctor González, Daniela Aguilar, Israel Reyes, a todo el querido equipo de la DIG-CGCC y a la Sociedad Anónima de Reproducción Autogestiva, SARA.
Gracias también por las fotografías a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Meria Bulos, Fabiola Valdelamar, Rodrigo Alarcón, Héctor González, Carolina Calzada, Liliana Nava y Mario Ortega.
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¡YA NOS CAYÓ EL CHAHUIXTLE!
En conmemoración del Día Nacional del Maíz
Santiago Robles
Prólogo de Cristina Barros
14 de septiembre al 23 de octubre, 2022
Museo Nacional de la Revolución
Plaza, Av. de la República, Tabacalera, Cuauhtémoc, 06030, Ciudad de México
Para mayores informes, aquí.
Mapa, aquí.
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