Quedó inaugurada la exposición Estas ruinas que ven, de Rodrigo Ímaz y Santiago Robles en el Palacio de la Autonomía de la UNAM, Templo Mayor de la Ciudad de México, con la curaduría de Fernando Gálvez.
A lo largo de la muestra, que permanecerá abierta hasta el 27 de marzo, se llevarán a cabo una serie de actividades, pláticas y talleres gratuitas sobre temas relacionados con la exposición.
Mayores informes e inscripciones aquí y al correo difusion.cultural@fad.unam.mx
Calendario completo:
Palabras de Ana Belém Fernández, Directora del Palacio de la Autonomía, durante la inauguración de la exposición:
En nombre de la Fundación UNAM y se su directora la Lic. Araceli Rodríguez, les doy una cordial bienvenida al Palacio de la Autonomía, recinto emblemático en la historia de la educación en México, y en especial, testigo de la consolidación de la ideología de la Universidad Nacional Autónoma de México, nuestra máxima casa de estudios. Es un gran placer abrir las puertas del recinto a la exposición Estas ruinas que ven, primera muestra con la que damos inicio al programa de artes plásticas del 2022.
Por ello, nos sentimos muy complacidos de recibir la obra de dos extraordinarios artistas, Rodrigo Ímaz y Santiago Robles, acompañados por la curaduría del maestro Fernando Gálvez. Agradezco enormemente al Dr. Gerardo García Luna, Director de la Facultad de Artes y Diseño, por la iniciativa de la institución de impulsar el trabajo artístico de sus egresados.
En tiempos del Covid, hemos vivido el arte a través de diversas plataformas, manteniendo viva la relación y el dialogo. El trabajo del sector cultural y educativo ha sido la labor de un sector creativo y resiliente, en el que aprendimos nuevas maneras de producir y consumir la cultura y las artes. Sin embargo, experimentar el arte a través de un dispositivo elimina en parte los afectos individuales y colectivos que se experimentan al tener contacto físico con los sonidos de una melodía, el movimiento de la danza, la provocación de un actor o la mirada ante un cuadro o una escultura.
Enhorabuena para Estas ruinas que ven de Rodrigo Ímaz y Santiago Robles, que hoy nos comparten esta experiencia multidisciplinaria en la que confluye la historia, la política, el arte y la crítica, otorgando al espacio expositivo una nueva lectura.
Muchas Gracias y bienvenidos.
Texto de sala de Fernando Gálvez, curador de la exposición:
I
La conquista de América por los europeos y el desarrollo de un sistema colonial extractivista, sentaron las bases para el desarrollo del capitalismo con una posición global y una diversificación de productos agrícolas, alimenticios y de materias primas. Así pues, a 500 años de la caída del dominio mexica y su capital México-Tenochtitlan, comienza la construcción y expansión de un modelo económico político cuyo arco temporal llega a nuestros tiempos con el capitalismo neoliberal.
Esta exposición de Rodrigo Ímaz y Santiago Robles, echa mano de referentes prehispánicos como pirámides, códices, mitos y dioses, para señalar la decadencia de esta fase del sistema económico actual en nuestro país. Al situar la exposición en el Palacio de Autonomía, se emplea una estrategia de apropiación y resignificación del propio espacio histórico, estando el inmueble situado sobre y entre la ruinas del complejo ceremonial azteca del Templo mayor y en las inmediaciones de los palacios de Moctezuma. Además, también estamos encima de las ruinas del ex convento de Santa Teresa, visibles en las ventanas arqueológicas de las salas y los jardines del predio y que se fusionan con las instalaciones y pinturas ruinosas con que los artistas condensan y cuestionan la Historia y el presente. Por último, el edificio pertenece al Porfiriato, oprobioso periodo dictatorial que dio arranque a la industrialización de México.
En el grabado Km Cero (Tiempo Extra Editores, 2022) realizado en colaboración por ambos artistas y ex profeso para esta exposición, queda claro cómo las obras y sus mensajes se expanden al entorno histórico, lo interpelan y lo utilizan para reforzar el discurso crítico de estas piezas. Las ventanas arqueológicas de esta primer sala y sus patios adyacentes, se prolongan hacia los lienzos, el otrora todopoderoso Partido Revolucionario Institucional que impusiera el neoliberalismo en nuestro país en estrecha colaboración con el Partido Acción Nacional, pierde su poder de tlatoani presidencial y su historia de fraudes, devaluaciones, privatizaciones, sometimiento a las corporaciones internacionales, escribiendo el nuevo códice de nuestra decadencia. Retomamos pues el título de Jorge Ibargüengoitia, Estas ruinas que ves, para subrayar el arco histórico de 500 años que estas visiones diseccionan poniendo énfasis en nuestra crisis climática, cultural, económica y social derivada de la gradual degradación del sistema-mundo a causa de un modelo de pensamiento impuesto desde la Colonia y que se ha profundizado en el capitalismo tardío, donde no hay más valor que la ganancia económica explotando irracionalmente los recursos naturales y humanos hasta el complejo momento que vive hoy el planeta.
Las obras son contundentes en sus conceptos y su resolución material, desde los mitos de la migración desde Aztlán o la fundación de México-Tenochtitlan enredados con el devenir político, el narcotráfico y la banalización comercial, hasta los grandes supermercados convertidos en templos del rey dinero pero asediados por los nuevos movimientos sociales de raigambre indígena justo en el momento de consolidación del tratado de libre comercio con los Estados Unidos de América, como culminación del sometimiento y dependencia económica de nuestro país hacia el vecino del norte.
II
La Industrialización capitalista entró de pleno a nuestro país durante el periodo del porfiriato. Esta sala de exposición con sus columnas de hierro y sus techos de metal acanalado, son emblemáticos de la arquitectura industrial de aquella época. Como ya dijimos, los orígenes del capitalismo global sienta base en el colonialismo extendido que se dio a raíz de la conquista de América, desde la época colonial la explotación irracional de la naturaleza, así como el pensamiento político y económico de los europeos, marcaron el camino de la destrucción de los equilibrios del medio ambiente, la extinción de las especies animales, el arrasamiento de las biodiversidad y la contaminación de mares, tierra, agua, aire y alimentos.
A un costado de la Catedral Metropolitana permanece el monumento erigido también durante el porfiriato a Enrico Martínez, quién en 1607 recibiera el encargo de desecar el lago de Texcoco, desarrollando la obra de ingeniería más grande de su época a nivel mundial, para generar también la mayor catástrofe ecológica de sus tiempos. Esa misma concepción de destrucción del entorno en aras de un supuesto beneficio inmediato, rige la mentalidad capitalista hasta nuestros días y ha llevado al mundo a un colapso innegable cuya mayor expresión es el calentamiento global.
El concepto de utilidad económica a ultranza se ha metido hasta las semillas: el maíz, ese gran aporte del campesinado prehispánico para el mundo, se ve en riesgo por los maíces transgénicos y la comercialización irracional como bien lo resumen las obras Tacogdog de Rodrigo Ímaz y la pieza Happy Meal de Santiago Robles que con sus más de 12 mil semillas de maíz industrial configura una sonrisa, resumiendo cómo la fructuosa de maíz transgénico utilizada hoy en alimentos industriales, está enfermando a la sociedad bajo una falsa promesa de felicidad. Así, de la destrucción de los equilibrios climáticos, hasta las epidemias de enfermedades crónicas, del cuerpo humano hasta nuestro hábitat, el modelo capitalista se desenvuelve, parafraseando un verso de Álvaro Mutis, “avanza ordenadamente hacia el desastre” del mundo.
La violentación también del tejido social, a pesar de luchas y triunfos de las sociedades en materia de derechos a lo largo de la Historia, es permanentemente bombardeada por el poder capitalista originando grandes flujos de migraciones humanas, que al tiempo que el capitalismo ocupa como mano de obra barata, le ayuda a cancelarle derechos laborales y hasta humanos a un inmenso conjunto de la población humana, flujos que además son controlados por modelos represivos, que incluyen muros y puertas fronterizas, que serán las ruinas de un futuro planeta. Vemos pues cómo de las migraciones míticas desde Aztlán, hasta las bardas en ruinas o burladas por los más sencillos artificios, los artistas construyen un aparato crítico demoledor del poder económico dominante, sus metáforas visuales, parecen más poderosas que muchos de los análisis que se realizan desde la academia, y los vestigios ruinosos de Tenochtitlan y de fragmentos de la ciudad colonial, los ayudan a hablarnos con lucidez y contundencia de la construcción histórica de nuestra crisis, los castillos de las tentativas construcciones contemporáneas refuerzan el discurso al mezclarse y confundirse con estas ruinas que ven.
Fernando Gálvez de Aguinaga
Registro
Sala 1
Intermedio
Sala 2
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Actividades del sábado 5 de febrero:
Actividades del sábado 19 de febrero:
Actividades del miércoles 23 de febrero:
Actividades del sábado 26 de febrero:
Actividad del 12 de marzo:
Actividades de clausura, sábado 26 de marzo:
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Registro de las pláticas de Pavel Ferrer “Estas ruinas que somos” y de Norma Barragán, Luis Argudin y Rodrigo Ímaz “El tiempo histórico y lo contemporáneo“. Cátedra Extraordinaria de Arte y Comunidad de la UNAM Francisco Toledo.
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Archivo de prensa:
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Gracias a las instituciones, curadores, académicas, artistas, talleristas, conferencistas, impresores, trabajadoras, amigas y amigos que hicieron posible Estas ruinas que ven: Palacio de la Autonomía y Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, Tiempo Extra Editores, Gerardo García-Luna, Ana Belém Fernández, Emilio Payán, Karla Hamilton, Caro Calzada, Lilia Millán, Pavel Ferrer, Georgina Colín, Juan Gerardo López, Mauricio Orozpe, Norma Barragán, Luis Argudín, Carmen Mendoza, Aldo Sánchez, Marco García, Adriana Cadena Roa, Omar Guerrero, Shocker Loperena, Milagros Rojas, Ximena Peralta, Tony Pliego, Ezequiel, Rocío Gallardo, Mariana N. Martínez y al Colectivo Hojarasca.