Un lote de pinturas comerciales montadas en viejos bastidores estaban destinadas al basurero. Según me contó su dueño anterior, las obras fueron hechas en Europa en la década de los ochenta bajo un sistema de producción en cadena: en un taller se colocaban los bastidores, una persona realizaba los trazos, otra realizaba los fondos, otra el color de las figuras y así, hasta su conclusión, se produjeron cuadros en cantidades considerables.
Normalmente estos lotes entraban a América a través de Nueva York y algunos de éstos vinieron a parar eventualmente a México. Uno de ellos pasó décadas sin poder ser vendido en las tiendas departamentales. Cuando me avisaron de su existencia fui a verlo, por el paso del tiempo las telas se encontraban en mal estado, rotas y hubo que limpiarlas, componerlas y volverlas a tensar en marcos derechos. Las obras me resultaron desagradables en un inicio pero decidí trabajarlas para intentar dotarlas de vida nuevamente, abrirlas a otras lecturas, intentar ofrecerles otra oportunidad. Aquí una de ellas.
Intervención al óleo sobre una pintura comercial realizada en serie, 90 x 60 cm, 2022.
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Gracias a Tony Pliego y a todo su equipo, a Gabriela Latapí, Ethel Ramos e Irasema Fernández.